Parece que existe un temor cada vez más extendido para amar profundamente. En una época donde todo es rápido y dónde las redes sociales y apps dan la falsa expectativa de conectividad, algunas veces estamos sin estar. Hoy todo se puede conseguir con un click: el súper, los libros, los chismes, el sexo exprés y las relaciones de pareja, donde sólo hay que crear un perfil en el que escribas algo breve que se lea atractivo, poniendo tu mejor foto, incluso retocada, para comenzar a ver el menú de las posibles parejas, esperando los likes, los match, los chats y entonces poder platicar y concretar una cita.
La comunicación debe ser rápida, pero no se sabe manejar, se duda sobre qué decir, cómo decirlo, si hay que esperar para hablar cosas básicas desde lo que gusta hasta lo que desespera. Tratando de interpretar miradas, mensajes, señales, conversaciones a medias porque no preguntaste realmente a qué se refería, entrando en la duda y la suposición que sólo enredan.
Se buscan amores de manual con indicaciones que digan el paso a paso, haciendo el checklist de las virtudes esperadas y bloqueando de inmediato lo que desagrada o incomoda. Consejos como no mostrar demasiado interés, no decir primero que te gusta, tardar en responder un mensaje, vestir o hablar de determinadas maneras, son sólo algunas de las muchas formas en las que se termina por acartonar el amor, donde importa más parecer, que ser.
Es el tiempo de amar con miedo, donde se busca hacerlo sin riesgos, verificando primero que nos amen, antes que amar. Un tiempo donde hay exceso de teorías y conceptos que son interesantes pero que no se saben aplicar y se quedan en el tintero, en las pláticas interminables de café, en las terapias que te mantienen en el mismo problema prometiéndote un cambio que no llega, pero que te hacen creer que todo avanza porque sabes conceptos como autoestima, codependencia o amor propio, pero ignorando otros tan importantes como responsabilidad o fraternidad.
Se olvida que un amor sin responsabilidad, es un amor pequeño, y un amor sin fraternidad está condenado al egoísmo. La responsabilidad y la fraternidad permiten asumir lo que uno es, y dejar al otro ser, aprendiendo juntos y siendo claros en lo que sentimos, para no tener que aceptar sexo por compañía o prometiendo amor con tal de tener sexo.
Hay que dejar de buscar amores mediocres, que validen lo que eres, que te acompañen en las desdichas, que te mantengan igual. Busca los amores que te hagan crecer, duren lo que duren, aprendiendo del otro, permitiendo conocerlo, dejándote conocer, empezando por trabajar en ti y conocer lo que necesitas. No sólo es desear, sino hacerte cargo de ti, de tu historia, de tus limitaciones, aprendiendo nuevas formas y dejando atrás las que no funcionan. Sólo así dejarás de buscar amor como si fuera un menú, y podrás humanizar a cada persona con la que te encuentras, disfrutando de lo que puedan darse, sin importar dónde y cómo se conocieron.
No te conviertas en un pozo sin fondo lleno de teoría, conceptos, dudas, inseguridades, heridas viejas, exparejas que aun duelen o llenan de miedo, intentos por no repetir historias pero que al no conocer otras formas, terminan por convertirse en lo mismo: huir constantemente de ti, esperando que los otros te encuentren.
No son las redes sociales, los errores provienen de lo que te cuesta mirar y no sabes manejar, de intentar sin resultados, de evitar para protegerte, de persistir en lo que no funciona. Encuentra nuevas formas de amar, que sean a tu medida, sin seguir modelos que pueden funcionar a otros pero no a ti.
Más información sobre terapias y próximos talleres.
Luis Miguel Tapia Bernal
Terapeuta en Constelaciones Familiares. Máster en Terapia Breve Estratégica. Autor de "Las intermitencias del amor".
Bueno primero que nada muy interesante este artículo puesto que habla de la realidad moderna …una realidad que muy pocos vemos ….una realidad que hace que muchos tengan miedo a enamorarse de nuevo en vez hacer una pausa por un tiempo indefinido para realizar un auto análisis y ver en que estamos fallando …porque el resultado de esas fallas conducen automáticamente a la búsqueda del «amor» en las redes sociales o apps dejando a un lado lo bello de sentarse charlar mirar a los ojos a esa persona entablar una comunicación real sin limitarse a una serie de preguntas y respuestas como si se tratara de una entrevista de trabajo o un cuestionario de la escuela …..solo para sentirse «seguro (a)» de que están pisando suelo seguro …..las páginas web de citas y las apps no son las culpables ….la verdadera culpa proviene de uno mismo …porque la vida te pone desde siempre 2 maneras de hacer las cosas ….la forma fácil ..y la forma difícil tristemente mucha gente escoge el camino fácil sin saber que ese camino siempre estará lleno de obstáculos que si no estas preparado entrarás en un ciclo sin fin …..en cambio el camino difícil pocas personas nos atrevemos a escogerlo porque éste presenta una serie de preparación para saber el momento exacto de poder evadir toda clase pruebas que la vida nos coloca día a día …..y así poder amar sin temor a nada
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