Bert Hellinger, el creador de las Constelaciones Familiares, dice en su libro Lograr el amor en la pareja que: “Cuando mi pareja rechaza a uno de mis padres, me rechaza a mí. Cuando no respeta a mis padres o los menosprecia, me rechaza a mí.” Esto hace referencia a que todos venimos de una familia –padre, madre, abuelos, bisabuelos, hermanos, tíos– viéndolo tanto de manera meramente biológica, como desde la gran variedad de historias en las que se dan las relaciones familiares.
Desde la familia –se conozca o no, hayan estado presentes o no–, se crean referentes acerca de lo que es la paternidad y maternidad, la masculinidad y feminidad, o temas como la pareja, el cuidado, el amor, el éxito, el dinero, el trabajo, el respeto, la permanencia, entre muchos otros. Todo esto se da de manera consciente e inconsciente, por lo que muchas veces no se sabe detectar ni manejar por cuenta propia. Debemos tener presente que lo que en estos primeros vínculos no se resuelve, da resultados de defensa, herida o repetición.
Así cuando una persona llega a una relación de pareja, trae toda su historia, fortalezas y heridas, lo que ha conquistado, lo que no ha logrado, además de todos los conceptos, experiencias y herencias. Normalmente las dinámicas en la pareja son complementarias, es decir, se toma lo que se conoce o encaja con la forma en que se ha vivido en la familia el amor. Así, si en la familia es normal que las parejas duren, haya fidelidad, amor, buena comunicación, responsabilidad, será muy fácil vivir de esa manera. Pero si, por el contrario, existen abandonos, viudez o el amor se ha asociado a violencia y engaños, o se cree que se debe cuidar de los padres, la forma en que se viva el amor puede ser muy diferente. Se puede querer algo distinto, y en algunos casos se puede lograr cambiar la historia por sí mismo, pero en otros no siempre es posible hacerlo solo, porque no se ven fácilmente estas dinámicas para poder clarificarlas y aprender a manejarlas y resolverlas.
Retomando el tema de la complementariedad, ésta se da de muchas manera: si no se sabe cómo estar en pareja, se encuentra con esas personas que se van, no se comprometen, desaparecen o no dan lo que se quiere. Si se cree que se debe cuidar de los padres, o algo hace que no se pueda ser independiente, se puede llegar a no encontrar pareja, o se encuentra una pareja que esté a medias, puesto que se estará a medias, porque la primera atención está en los padres. Todas estas dinámicas son producto de la inercia que va llevando en el sistema familiar, gracias a lo no resuelto.
Es así como empiezan grandes conflictos que trascienden el ámbito de la pareja. Por ejemplo, si crees que a tu pareja la lastimaron sus padres y te alías con su dolor, será una eterna víctima, a la que puedes cuidar aunque termines con demasiado cansancio. Si sus padres y tú no tienen química, y evitas verlos y te quejas de sus acciones, a la par te quejas de tu pareja y de donde viene. Todo esto se alimenta con lo que no se tiene consciente, desde los hijos que viven pegados a sus padres, hasta el rechazo a la familia de la pareja.
¿Qué te refleja la familia de tu pareja?, ¿qué necesitas resolver de tu propia familia?, ¿cómo aprender a comunicar y solucionar lo que no les agrada?.
Porque uno de los intentos de solución más comunes ante estos problemas es tratar de reeducar a la pareja, imponiendo normas que quitan la fuerza y la equidad, porque ya no son dos adultos buscando objetivos en común y creando su felicidad, sino una lucha de poderes por ver quién impone y quién se deja imponer, desvalorizando lo que el otro es, lo que cree y cómo lo vive.
Cada uno viene de una familia distinta, y tiene sus propias costumbres, tradiciones, historias, aprendizajes y significados. Tu pareja – tanto si se tiene como si no —, sostiene un espejo que te refleja a ti con toda tu historia, y muchas veces te peleas con lo que ves, sin tener en cuenta que sólo sostiene el espejo. Lo que necesitas cambiar de tu pareja y de su familia, muchas veces es algo que debes trabajar y resolver desde ti, desde tu propia historia.
Puedes sacar una consulta o revisar la información de los próximos talleres.
Luis Miguel Tapia Bernal
Terapeuta en Constelaciones Familiares. Máster en Terapia Breve Estratégica. Autor de "Las intermitencias del amor".
Me deja mucho en que pensar, porque gran parte de este artículo se ve en cualquier parte del mundo. Es como un refran que dice «uno no es moneda de oro para caerle bien a todos». El artículo como tal me gusta porque refleja la realidad, además, refleja las posibles causas que lleven a ese tipo de conflictos, porque a veces es mas fácil para algunos señalar los defectos de los demás pero no son capaces de auto analizarse y ver que está mal.
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