El tema de la infidelidad es complejo porque hay demasiadas posturas, susceptibilidades, creencias y puntos de vista tan variados como valiosos y respetables. El objetivo de este artículo no es fomentar una discusión a favor o en contra de la infidelidad, puesto que en cualquier caso, cumple dinámicas específicas en cada persona y los tipos de relaciones que establece. Generalizar en este punto puede mutilar ideas y vivencias, llevando a crear modelos rígidos que pueden terminar encasillando. Lo que busco, es plantear los puntos que se convierten en errores recurrentes y que son los que lastiman, mismos que he detectado en consultas, así como en los debates y comentarios que se suscitaron en Facebook, agradeciendo a las personas que compartieron sus valiosas perspectivas y que me llevaron a las siguientes reflexiones:
- ¿Desde dónde eliges?
La fidelidad o infidelidad se construyen a través de las vivencias personales, la tradición familiar, social o religiosa y no para todos significan lo mismo, cada quien pone sus parámetros de lo que considera como infidelidad. Lo importante es tener claro desde dónde eliges: si es por cumplir un estereotipo externo o es por decisión personal acorde a tus necesidades. Ten presente que lo que les ha funcionado a otros, no necesariamente funciona para ti, por lo que sería importante pensar y replantear esas ideas que se han dado como únicas e incuestionables: que si el hombre es más infiel por “naturaleza” que la mujer, que una relación heterosexual es más estable que una homosexual, o vivir una relación abierta es síntoma de evolución y libertad. Tomemos en cuenta que cualquier persona puede elegir ser fiel o infiel, así como vivir en monogamia o en relaciones abiertas –y todas las variantes que puedan imaginarse, crearse y vivirse– pero donde verdaderamente radica la felicidad, es en saber ser claro y congruente con lo que cada uno es y necesita. Ya sea que los padres te digan que la monogamia es lo ideal porque da estabilidad o los amigos te comenten que lo de hoy es ser libre, lo importantes es lo que a ti te acomoda, para no vivir rindiendo cuentas a otros. Recordemos que vivir para los demás, no satisface a nadie, porque vives cuidándote del error, y los otros guiando e inspeccionando tu vida. Las únicas expectativas que podemos y debemos cumplir, son las propias.
- Honestidad
Antes de exigir o dar claridad, es importante tenerla en lo personal. Saber qué quiero y cómo lo quiero, es fundamental, porque sólo partiendo de esta honestidad personal, podremos saber vivirla y compartirla con los demás. La comunicación empieza con uno mismo, siendo concisos y asumiendo la responsabilidad de lo que cada uno es y decide. Si eres feliz teniendo sexo y amando a muchas personas o prefieres estar sólo con una, no es cuestionable, sólo sé claro y disfrútalo al máximo, asumiendo tus decisiones y sus consecuencias.
- Dar por hecho que piensan igual
Hay un error muy común que he detectado en muchos pacientes: creer que todos tienen los mismos significados de amor, compromiso, libertad, fidelidad, traición. Y esto no necesariamente es así. Podrá haber similitudes, pero dar por hecho es el primer error, porque cada quien construye sus significados, y cada pareja tiene su propio lenguaje y acuerdos. No porque hayas vivido de una forma en relaciones anteriores, necesariamente aplica igual en todas. Así como lo que haya ocurrido en el pasado, te toca trabajarlo a ti, para que no sea un fantasma o un patrón en la siguiente relación. No olvides que la pareja es un espacio de construcción constante, de descubrimiento y crecimiento.
- Permitirte conocer al otro
Además de tener claro lo que buscas, y saber cómo piensa la otra persona, es muy importante el permitirte conocerle y descubrirle. En la plática podrían concordar, pero la vida también requiere acción para saber disfrutarla más allá de la teoría, y muchas veces se pasan por alto acciones que no gustan y que son pequeñas alarmas que se ignoran. Una cosa es que te diga que es muy libre y no cela y otra saber si realmente lo hace. Una cosa es que te diga que es sumamente fiel y otra que lo cumpla. Lo importante no es vivir como detective examinando al otro y cuestionándolo, sino saber conocerlo y hacerle caso a tus sensaciones de comodidad e incomodidad, así como saber compartirlas.
- Mantener una buena comunicación
Hablar no es saber comunicar. Necesitamos aprender a ser claros y sobretodo saber escuchar al otro, sin necesidad de leer entre líneas. A veces en consulta, comparto una formula básica de comunicación, donde cada uno debe responder las siguientes preguntas: qué me incomoda, por qué me incomoda y cómo me gustaría resolverlo. Si respondemos estas preguntas quizá podamos ser más claros y saber comunicar mejor aquello que se necesita, afrontando los cambios que toda relación tiene a lo largo del tiempo. Así como ser más claros en las negociaciones y acuerdos a los que se quiera llegar, para evitar caer en traiciones que lastimen y por el contrario poder amar y disfrutar de mejor manera.
- Saber que las relaciones cambian
Es muy importante tener en cuenta que las relaciones son algo vivo, lo cual implica que hay cambios, porque están conformadas por personas que tienen necesidades, que crecen y que aprenden cosas nuevas, o se consumen por la rutina. Por ello los acuerdos a los que se llegan en un principio, no necesariamente permanecen iguales para siempre. También es muy importante tener presente que el otro es de determinada manera y si esa forma no me gusta, no puedo vivir esperando que el otro cambie. Si algo no me agrada o busco negociarlo, o busco adaptarme, o está la opción de despedirse con dignidad.
La mejor forma de vivir el amor, es construir lo que deseas, así como aprender a comunicar. También es cierto que a veces es necesario revisar temas personales o en pareja, y para ello es muy importante tener en cuenta que el terapeuta no debe enjuiciar, ni ponerse del lado de ninguno de los integrantes, la función es acompañar el proceso de una pareja para encontrar y establecer el equilibrio necesario, teniendo presente que cada persona y pareja son únicas, por lo que todo proceso debe estar adaptado a las necesidades de cada consultante. Puedes pedir más información sobre las terapias o sacar una consulta aquí.
Luis Miguel Tapia Bernal
Terapeuta en Constelaciones Familiares. Máster en Terapia Breve Estratégica. Autor de "Las intermitencias del amor".
Hola acabo de leer el artículo, sin embargo, creí poder ayudar en su momento con un buena aportación cuando la solicitaste, pero creo que llego después de leerla: cuando me preguntaste ¿que pienso de la infidelidad? sentí que me preguntabas: ¿Que piensas de las radiaciones UV emitidas últimamente por el sol, y en que afectan en las desiciones gubernamentales de Donal Trump?, Y no lo digo con el afán de burla o restar seriedad al tema, solo me di cuenta que me siento un tanto ajeno al tema.
Creo que es un tema que me toco vivir como a todos, incluso se ha hecho tabú para mí, ya que como tiene un buen que no tengo una relación, ni siquiera puedo visualizarme tratar, plantear o revivir esta cuestión, tal vez me haya convertido en un discapacitado sentimental.
En su momento creí que era la peor traición que una persona le puede hacer a otra, pero la idea fue cambiando por que tambien la infidelidad se puede propiciar en una pareja y los problemas amorosos generalmente son de dos. y como no tengo un plan de vida de dos personas, pues es por eso que se me ha hecho ajeno.
con las amistades es otro ámbito, creo que no sería fidelidad, sino lealtad, y tu te das cuenta que la gente es leal contigo aun cuando los caminos se divergen.
bueno esta es muy humilde comentario, jejejejej .
sin mas por el momento envío saludos. y abrazos
Cada caso y cada situación es diferente, yo por ejemplo, pienso que he dejado un poco «libre» mi lugar como pareja para ocuparme de la casa, no me arreglo tanto como antes, y a lo mejor por mi edad ya no me apetece tanto el sexo, así que, es fácil que alguien llegue y se ocupe de ese lugar, aunado a ello en la historia familiar de mi esposo existe la «otra» y es sabido que el papá de mi esposo tuvo muchas aventuras amorosas. Y en mi historia familiar mi padre También fue infiel a mi mamá… así que es difícil cambiar la situación, solo reconociendo lo que ha sido y con el permiso de los antepasados hacer las cosas de manera diferente.